A veces, en los derroteros de la vida nos perdemos a nosotros mismos. Es tan fácil olvidarte de quien realmente eres. Seguramente, sea por lo poco que nos conocemos. Vamos, venimos, evolucionamos y retrocedemos. Somos seres cambiantes, y en el arte de vivir lo único importante es mantener la consciencia.
Siempre he tenido poca memoria, por eso escribo, para que cuándo se me olvide quien soy pueda recordarlo con mi propia versión. No está mal dejar por escrito quien has sido para que cuando mutes aprecies en quien te has convertido.
No doi mi opinión, simplemente transcribo lo que siento. Mi objetivo es no traicionarme. Por eso, necesito sacar de mí todo lo que guardo en suspiros, entre dientes y en nudos en la garganta. Para mantener la cordura leo lo que pienso.